¿Qué son las emociones?... Responder este interrogante, aparentemente se percibe sencillo e incluso es algo que tu vivas todos los días. No obstante, cuando nos preguntamos por su naturaleza y descripción, el asunto se vuelve complejo.
Frente a esta complejidad, sería interesante cuestionarnos ¿cómo podemos entender las emociones? En términos sencillos, las emociones se refieren a un conjunto de “reacciones subjetivas” frente a las experiencias socioambientales, las cuales producen e impulsan una serie de modificaciones fisiológicas y conductuales. Gracias a las emociones, las personas pueden reaccionar frente a lo que sucede, y por supuesto, motivarse a lograr sus metas o propósitos, dependiendo del significado que le otorgue.
Muchas veces, el concepto de emociones se suele confundir con los “sentimientos”. Hay que aclarar que las emociones son las reacciones propias que causa el suceso o evento que vivimos, pero lo sentimientos son más bien la “experiencia fenomenológica” o descriptiva acerca de cómo nos coloca la emoción que vivimos. Por ejemplo, si alguien te pega sin ninguna razón, seguramente reaccionarás con rabia y le devuelvas el golpe. En ese momento ha actuado la emoción de rabia. Ahora, imagínate que después del suceso dices algo como: “no era justo que me pegaras, me ha dado mucha ira, sentía que un volcán explotaba dentro de mí”. Esta expresión o frase es el sentimiento, que es la descripción de la emoción que vive en ese momento.
Ahora bien, ¿cómo se conforman las emociones? las emociones se conforman por las siguientes dimensiones:
El “sistema fisiológico”: se refiere a las reacciones neurobiológicas que movilizan los recursos biológicos del cuerpo, como es el caso, de la explosión de adrenalina para reaccionar frente a los eventos, las implicaciones de la amígdala cerebral y el hipotálamo para la movilización de hormonas y registro de la información, etc. Generalmente, las emociones poseen la función de movilizar el organismo para adaptarse frente a alguna situación en particular.
La dimensión “conductual expresiva”: se refiere a la manifestación comportamental mediante los gestos, las acciones y el lenguaje verbal para reaccionar frente a los eventos. Generalmente, la manifestación de las emociones implica el uso de gestos y del lenguaje no verbal para operacionalizarse.
La dimensión “cognitiva-subjetiva”: se refiere a la vivencia subjetiva o la descripción de la experiencia que causa una emoción como resultado o reacción frente a un suceso. Generalmente, las emociones se suelen describir y vivir a través de los sentimientos, que es prácticamente la dimensión cognitiva-subjetiva.
La dimensión “motivacional”: se refiere al proceso mediante el cual se energiza el comportamiento por influencia de una emoción. Generalmente, las emociones poseen la función motivadora para que el organismo se movilice en función de sus metas o propósitos, o en caso contrario, actué si se encuentra en una condición de peligro.
Ahora bien, teniendo en cuenta la naturaleza de la emoción y lo descrito hasta aquí, es necesario cuestionarse ¿Cuáles son las emociones? A nivel general, se han categorizado por las siguientes:
Alegría. Uno de los elementos particulares de la misma es su capacidad de ayudar al organismo a evaluar y captar de manera positiva los distintos estímulos que conforma el contexto. Es decir, es una emoción básica que proporciona las posibilidades de tener un estado emocional estable y duradero, pero no es algo pasajero como en el caso del placer. A nivel funcional esta emoción se ha asociado con la capacidad del sujeto para disfrutar varias dimensiones de la vida, de fomentar la empatía y ejecutar los comportamientos altruistas, que resultan muy útiles para generar actitudes positivas frente a los retos de la vida. En muchas ocasiones estos estados emocionales, si se prolongan, van configurando poco a poco el bienestar subjetivo de las personas.
Interés. Es una emoción que surge por la necesidad de explorar, investigar, manipular y extraer la información de los estímulos que rodean al individuo. Esta emoción hace que la persona pueda motivarse para hacer la exploración del contexto por medio de la ejecución de una serie de conductas como, por ejemplo, girar la cabeza a los lados para adquirir la información de los aspectos que le interesa. Ésta se encuentra implicada con las ganas de desarrollar habilidades, ser creativos y aprender.
Rabia. Esta emoción se ha asociado con el síndrome de la agresividad-hostilidad. Las dimensiones hostiles se referencian como los aspectos cognitivos y la agresividad en el polo conductual. A nivel funcional permite la movilización de la energía para permitir la reacción, ya sea para atacar o defenderse. También permite suprimir los desafíos y obstáculos que complejizan la consecución de objetivos deseados y conscientemente fomentan la frustración. En todo caso, no toda emoción de rabia termina en actos agresivos, pero sirve esencialmente para inhibir los comportamientos indeseados de otro sujeto. En efecto, la emoción de rabia nos impulsa a comportarnos de forma inmediata, de reaccionar impulsivamente y descargar la energía necesaria para la solución del problema.
Miedo. En esta emoción hay dos mecanismos implicados: el propio miedo y la ansiedad. Ambos pueden estar presentes durante la experiencia pero se diferencian en: a) la ansiedad es una reacción que permite anticiparse a las posibles consecuencias, mientras que el miedo es la reacción inmediata frente al evento adverso. Y b) que la ansiedad puede llegar a ser algo desproporcionado frente a la situación, pero en cuanto al miedo, es una reacción frente a un verdadero peligro. En todo caso, esta emoción busca que el individuo pueda evitar o escapar de un suceso que representa un gran peligro para el bienestar de la persona. Como resultado, es una emoción que deja una vivencia totalmente negativa e incluso causar las sensaciones de malestar y aprensión.
Tristeza. Esta emoción se ha asociado como una de las implicadas en propiciar experiencias totalmente displacenteras, por lo que siempre es negativa. Sin embargo, a nivel funcional permite la cohesión entre los individuos cuando pasan por la misma situación. También, aunque sea algo poco placentero, propicia en los sujetos la reflexión, facilita valorar otros aspectos que antes no se hacían y ayuda a entablar comunicación con los demás, lo que muchas veces facilita el altruismo entre las personas.
Asco. Esta emoción se ha asociado como una reacción asociada a respuestas fisiológicas. Estas reacciones tienen como función dar respuestas de evasión o rechazo frente a los estímulos que se perciban desagradables. Generalmente, el sentido del gusto y el olfato son los implicados en fomentar esta emoción, por ejemplo, cuando se huele o ingiere un alimento en mal estado o que no solemos consumir. Cuando es así, el cuerpo reacciona, ya sea rechazando o generando sensaciones muy desagradables. Esto, desde una mirada evolutiva, permite la creación de hábitos saludables, higiénicos y adaptativos.
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