METAS: LOS 7 PASOS

 

En los anteriores dos artículos dedicados a las metas has visto aspectos fundamentales a impulsar y a reducir para promover tu liderazgo personal, así que es hora de que conozcas los 7 pasos para avanzar hacia tu meta. Los primeros pasos se basan en el modelo GROW, desarrollado por John Whitmore, pero he añadido tres pasos más para una metodología más detallada, así como observaciones extras a lo largo de todos los pasos.

Paso 1: Definir las metas 

Paso 2: Reconocer la realidad 

Paso 3: Buscar opciones 

Paso 4: Analizar alternativas 

Paso 5: Elegir y ponerse en marcha 

Paso 6: Evaluar resultados parciales

Paso 7: Hacer los ajustes necesarios 

PASO 1: DEFINIR LAS METAS

Las metas bien definidas son el mejor conocimiento para avanzar con determinación hacia lo que deseas en la vida. Sea cual sea tu meta, lo primero es definirla con claridad según unos requisitos concretos que la harán ser una meta equilibrada y específica. Son unos factores que se pueden modificar cuando haya una razón de peso, pero son indispensables para tener una base sólida sobre la cual ir trabajando con el tiempo. Los cinco requisitos que debe cumplir tu meta son:

1. Específica y expresada en positivo. Tu meta tiene que estar expresada en positivo y con el mayor lujo de detalles. Decir qué es lo que no quieres es contraproducente. El cerebro no funciona así porque no entiende la negación. Verás, te lo voy a demostrar: si te digo "no pienses en limones" ya es demasiado tarde, ¿a que ya lo has hecho? De la misma forma, si te dices "no quiero seguir con mi trabajo actual", tu cerebro sigue pensando en él. La definición de tu meta te ha de llevar a pensar en lo que sí quieres, por lo que has de expresarla en términos positivos. Igual de importante es que expreses tu objetivo de la forma más específica y concreta posible para que sepas con precisión lo que quieres, sin ambigüedades o posibles interpretaciones.

2. Medible. Tu meta es medible cuando contiene indicadores para comprobar si te estás acercando, alejando o si ya has llegado a ella. Esto es importante porque te permite la atención a lo largo del camino y tener referencias con las cuales medir los resultados parciales o totales. Algunas metas son fáciles de medir y otras no. Por ejemplo, ¿cómo medir la alegría? No es algo cuantificable, pero cada persona puede reconocer con claridad en qué tipo de situaciones se siente alegre. Habrá quienes experimenten alegría al sentirse en paz consigo mismas mientras que para otras será la consecuencia de tener un reto o el estar relacionado con ayudar a los demás. Ya sea que puedas medir tu meta de forma concreta o con indicadores aproximados, es necesario que tengas formas de medir tu progreso.

3. Fijada en el tiempo. Si no te marcas un plazo de tiempo, es fácil postergar y que vayas improvisando el ritmo de tu acciones. Irás en plan “ahora sí hago, mañana no, pasado sí, el día siguiente no estoy seguro, así que ya veré” ¿Te suena? Tu inseparable y gran aliado es un calendario que te recuerde el compromiso y te marque el ritmo para lograrlo pero no te preocupes, nada está escrito en piedra. Si lo necesitas, siempre puedes reajustar el plazo que te has marcad., Lo relevante es que si lo cambias sea por una razón de peso y no por estar perdiendo el tiempo. Cuando las metas son a largo plazo, necesitarás además sub-metas en el tiempo y medibles. Por ejemplo, “quiero estar en forma y poder salir a correr 10 kilómetros en enero, llegar a 15 kilómetros en junio y hacer 20 en diciembre”. 

4. Realista y retadora. El techo de tus aspiraciones lo pones tú. Nadie te conoce tan bien, así que solo tú puedes crear metas realistas que a su vez sean un reto para ti. La definición de “realista” será distinta para cada persona. Lo que una persona considera imposible, para otra es posible. La diferencia está en lo que les diga su voz interior. Si todos te dicen que no estás siendo realista pero en tu corazón sientes auténticamente lo contrario, no sé qué creerás tú, pero yo soy de la opinión que vale más la pena intentarlo. Al fin y al cabo es tu vida, no la de los demás. En cuanto al reto, si te propones algo muy fácil simplemente no tiene gracia ni impulsa tu crecimiento personal. Yo te sugiero que vivas tu reto como un juego excitante y emocionante, donde tengas alguna posibilidad de ganar si juegas bien. Eso sí, observa por qué pones el listón de tu reto donde lo pones. No es lo mismo que lo pongas bajo por ser prudente o porque evites el esfuerzo de ponerlo más arriba. Recuerda: auto-observación y sinceridad. 

5. Ecológica y sistémica. Tu objetivo tiene consecuencias e implicaciones, directa o indirectamente, en las personas de tu entorno. Pensar tu objetivo en términos sistémicos significa detenerte a reflexionar en esas consecuencias, hablar con los demás y negociar cuanto sea necesario antes de ponerte en marcha para asegurarte que todos estén informados. Si tu objetivo hará que durante una temporada estés menos disponible para estar con tu pareja o si va a afectar la situación económica familiar, tiene que haber consenso. Por ejemplo, si quieres hacerte vegetariano y vives con tu familia, tendrás que hablar con ellos para que te ayuden o, por lo menos, para que no te dificulten. Tus decisiones también han de ser ecológicas hacia tu comunidad y el entorno, es decir, que no debes perjudicar a nadie ni al medio ambiente. Con los cinco requisitos anteriores tu objetivo será equilibrado y tendrá "cara y ojos". No te preocupes por no saber cómo lo vas a conseguir, eso viene después, así que ahora solo has de definir con claridad lo que quieres para darle espacio a tu voz interior. 

RECONOCE TU META OBJETIVO

No solo es importante saber con exactitud lo que quieres, también es vital saber para qué lo quieres. Esa razón profunda es la que en verdad te mueve y se llama tu meta-objetivo. ¿Para qué quieres tu meta? Cuidado con la pregunta porque tiene trampa. Hay respuestas que parecen obvias: "¡quiero ganar más dinero!, ¿quién no quiere hacerlo?” o “quiero estar delgado, ¿quién quiere tener sobrepeso?” Y así otras frases que, si te das cuenta, no responden a la pregunta. Te lo plantearé de otra forma: ¿qué esperas tener, que ahora no tienes, cuando logres tu meta? Piensa que lo que podemos esperar tener tras conseguir el objetivo puede ser algo material o inmaterial. Por ejemplo, alguien puede querer montar su propio negocio para cumplir un deseo que ha tenido toda la vida, alguien diferente para librarse de jefes para siempre y otra persona para ganar el mayor dinero posible. Las metas detrás del objetivo --->tener negocio propio<--- son diferentes para cada uno. Otro ejemplo: imagina a varias personas que desean ganar más dinero. Una lo desea para presumirlo en su entorno, otra para darle “lo mejor” a su familia y una tercera para ayudar a una ONG. Lo que verdaderamente te emociona y te hace vibrar es tu meta-objetivo. Ahora hablaré de mí como otro ejemplo personal. Independientemente de trabajar paralelamente en otro entorno distinto, me dedico a acompañar a las personas a crecer personalmente por medio del coaching. ¿Sabes lo que me emociona de mi trabajo? Es el sentirme útil y en contacto profundo con las personas con las que trabajo. Es lo que me mueve. Para conseguir mi meta-objetivo elegí el camino de la maestría en psicología y ser coach homologado, pero si por la razón que sea no pudiese trabajar de eso, buscaría otros medios para alcanzarlo. Tal vez trabajaría, no sé, quizás como educador social o algo similar, ¿me explico? Ser consciente de tu meta-objetivo te facilita la vida, te ayuda a lograrlo de una forma u otra, sin empeñarte en conseguirlo de una única forma concreta. Como dice el dicho “todos los caminos conducen a Roma”. La dificultad radica en que, en ocasiones, no reconocemos nuestro objetivo profundo. Solo vemos lo superficial pero no lo profundo que deseamos sentir o tener cuando logremos las metas. Descubrirlo es un paso útil en nuestro auto-conocimiento. También es frecuente no tener razones propias para querer lo que queremos. ¿Alguna vez has escuchado a alguien hablar de sus metas sin pasión, como si hablara de algo ajeno? En ocasiones queremos algo porque nos han hecho creer que quererlo era lo normal. Entonces nos lanzamos a perseguirlo sin reconocer que no es nuestra meta, es la de alguien más. Sea lo que sea que quieras obtener, investiga con introspección y sé sincero contigo mismo. 

Ejemplos de metas bien orientadas.

A MEJORAR

1. "Quiero dejar mi trabajo porque me llevo mal con mi jefe". 

2. "No quiero comer más comida basura".

3. "No quiero sentirme perdida".

4. "Quiero aumentar mis beneficios".

5. "Mi meta es comer más fruta y verduras".

6. "Quiero sentirme más satisfecho en mi trabajo".

7. "Espero terminar mi artículo cuanto antes".

8. "Quiero acabar mis estudios de inglés".

9. "Deseo abrir cuando pueda más líneas de negocio que tengo en mente".

10. "Quiero trabajar 18 horas al día para poder duplicar mis ingresos".

11. "Quiero bajar 15 kilos en tres semanas".

12. "Quiero hacer ejercicio una vez al mes".

13. "No me he detenido a pensar en la consecuencia antes de actuar".

14. "Mi socio ya se enterará de lo que he hecho".

15. "El medio ambiente ya lo cuidará el gobierno, que para eso pago impuestos".

GENIAL

1. "Quiero un trabajo nuevo relacionado con mis estudios universitarios".

2. "Mi meta es aumentar las frutas y verduras en mi dieta".

3. "Quiero encontrarle sentido a mi vida".

4. "Quiero aumentar los beneficios de mi negocio en un 15%".

5. "Mi meta es comer tres piezas de fruta fresca cada día".

6. "Deseo sentirme útil, escuchado y seguir aprendiendo para sentirme satisfecho en mi trabajo".

7. "Mi propósito es conseguir un trabajo el segundo semestre de este año".

8. "Quiero presentarme al examen de inglés en julio".

9. "La meta es ofrecer nuevos servicios en diciembre para aprovechar las ventas en Navidad".

10. "La meta es subir las ganancias un 30% reduciendo costes y mejorando procesos de ventas".

11. "Quiero volver a estar en forma física en un año gracias a un plan progresivo de entrenamiento".

12. "Quiero bajar 20 kilos en 4 meses".

13. "¿Qué implicaciones tiene mi meta en la vida de los demás?".

14. "Hablaré con la familia antes de tomar una decisión".

15. "Mi objetivo no solo me beneficia a mi. También es bueno para el medio ambiente".

PASO 2: RECONOCER LA REALIDAD

Hacerlo es el paso en el cual quieres conocer los elementos necesarios para lograr tu meta, e identificar con exactitud los que tienes y los que te faltan. Imagina que tu meta es subir al Everest, que no es cosa menor. Para poder hacerlo tienes que tener un excelente estado físico y mental, equipo técnico especializado, conocimiento y experiencia profesional en la montaña, dinero para los gastos, visado para entrar al país y demás cosas para subir a la cima del mundo. Como ves, reconocer la realidad te permite conocer los elementos necesarios para lograr tu meta. De alguna forma es el paso en el cual te detienes, con la máxima objetividad posible, para ver dónde estás parado en relación a tu meta. Implica preguntarte: ¿qué conocimientos?, ¿qué habilidades?, ¿qué recursos?, ¿qué acciones?, ¿qué herramientas son necesarias para cumplir tu objetivo? y mirar cuánto de todo ello tienes ahora. Se trata de reconocer las cosas materiales y no materiales que necesitas. Ejemplos de algunos factores no materiales serían la actitud adecuada, el tiempo, la mentalidad, el apoyo de gente a tu alrededor, la auto-confianza y la energía para que tu objetivo tenga probabilidades de éxito. En este paso, si te das cuenta que hay algo que no tienes, no debes desechar tu sueño. Debes saber qué vas a hacer para conseguirlo. De alguna formar es como sumar un paso más a fin de tener todos los ingredientes necesarios. Posiblemente esto te hará aplazar el tiempo o te exigirá dedicarle más energía, pero no tiene que significar una renuncia.

Ir con pies de plomo.

Al definir tu meta puedes permitirte soñar, no hay problema. Sin embargo al reconocer tu realidad debes ser muy sincero/a e ir con pies de plomo ya que somos propensos a equivocarnos en nuestra interpretación de lo que es la realidad, ya que la vemos de forma subjetiva a través del cristal de nuestra manera de ser, de nuestras experiencias pasadas, miedos e ilusiones. Hay quienes se meten en un gran lío porque pasan deprisa por este paso. Cuando se dan cuenta ya han invertido tiempo y recursos para luego verse atrapados en un callejón sin salida fácil. También hay quienes están tan enamorados de su objetivo que, a pesar de las advertencias que reciben para que tengan cuidado con determinado aspecto, le quitan importancia hasta que se dan un duro golpe con la realidad. Otros en cambio se autolimitan en este paso porque se topan con uno de los más grandes enemigos internos: sus creencias limitantes.


PASO 3: BUSCAR OPCIONES

Hay muchas formas de conseguir tu objetivo ¿Qué opciones tienes para ir de tu situación actual a tu meta ideal? ¿Qué diferentes planes de acción podrías poner en marcha? Para aumentar los beneficios de tu negocio un 15% puedes concentrarte en reducir los costes, crear un producto nuevo que vender o aumentar la fuerza comercial. Para aprender inglés puedes inscribirte a clases presenciales, hacer por tu cuenta un curso autoguiado, irte a vivir a un sitio de habla inglesa o recibir clases por videoconferencia. Para llegar a ser cocinero profesional puedes ir a una escuela de cocina; empezar a trabajar de pinche en un restaurante e ir aprendiendo; leer todos los libros de cocina y practicar en casa; o decirle a tu abuela que te enseñe todas sus recetas. Como puedes ver, varios caminos te llevan a Roma, ¿lo recuerdas? Siempre hay muchas más opciones de las que inicialmente se te ocurren. El problema está en que solo vemos las que encajan con nuestra experiencia y mentalidad. Si además eres una persona propensa a precipitarte en tus decisiones, te puede suceder que cuando veas el primer camino posible lo elijas sin pensarlo demasiado. Por todo lo anterior, el tercer paso es buscar opciones con una lluvia de ideas de posibles caminos o planes de acción que amplíen tus alternativas. Entre más posibles caminos encuentres, mejor será, así que lo importante al buscar opciones es que te olvides de juzgar y de ser sensato. No te limites por el análisis de la realidad hecho anteriormente. 

Ahora no toca evaluar las opciones ni sus posibilidades, solo escribir tu lluvia de ideas. Es el momento de ser creativo/a al máximo. Lo que sugiero es que busques al menos 15 caminos alternativos que podrían llevarte a tu objetivo. Se dice rápido, lo sé, pero 15 son muchos. Esto lo hago para que te obligues a escribir incluso ideas que tu parte racional juzgue de ilógicas o imposibles, ya que solo cuando rompes esa barrera la creatividad se destapa. Cuando te dejes fluir en la lluvia de ideas, verás que salen opciones nuevas, alternativas y combinaciones que no hubieras pensado en un primer momento. Unas serán más rápidas de hacer, otras más económicas, otras más absorbentes, algunas tradicionales, alocadas o incluso geniales: sean bienvenidas todas ellas. Lo importante es ver la variedad de caminos que hay a tu disposición para que no te precipites con el primero que se te ocurra. Si te es posible hacer tu lluvia de idea con la ayuda de alguien más sería mejor, porque cada cabeza es un mundo y cada mundo ve opciones diferentes. 

PASO 4: ANALIZAR ALTERNATIVAS

Todas las opciones posibles tendrán sus ventajas y desventajas. Este es el paso en el cual las analizas para poder elegir a conciencia tu plan de acción. Cuando hayas acabado tu lista de opciones es hora de recuperar la sensatez para analizar tus alternativas. Analizar y comparar las alternativas es lo mismo que pelar una cebolla. Es algo que tiene varias capas de profundidad y no podrás verlas todas de golpe. Debes avanzar paulatinamente, con calma, dejando nota escrita de tus observaciones para tenerlas disponibles en todo momento. No solo hay varios niveles de profundidad como en una cebolla, también hay varios criterios con los cuales analizar las alternativas. Por ejemplo, si buscas el plan de acción que menos dinero cueste materializar, la mejor opción puede ser una distinta a si buscas el plan de acción que menos tiempo necesite. ¿Qué opción va a ser la mejor para ti? Pues va a depender del criterio que quieras o necesites priorizar según lo que hayas descubierto al reconocer tu realidad. Como siempre, tu forma de ser, con sus luces y sombras te querrá inclinar a escoger el camino que menos te incomode o menos te acerque a peligros (reales o imaginarios), así que mantente alerta para que seas tú el que decide a consciencia en lugar de tus patrones de conducta automáticos. Por ponerte ejemplos, si eres miedoso estarás tentado a desechar la opción más arriesgada aunque pueda ser la mejor de todas; y si lo tuyo es fijarte retos imposibles, querrás escoger la más complicada. 

Los detalles concretos.

Mirar los detalles concretos de tus alternativas aumenta la claridad a la hora de hacer el análisis y la comparación. Los detalles responden a las preguntas: ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cuánto?, ¿cómo?, ¿qué?, ¿con quién? Imagina alguien que quiere estudiar inglés y obtener un certificado. Para lograrlo ha pensado en dos alternativas: o bien ir estudiando por su cuenta y tres meses antes del examen apuntarse a clases intensivas en una escuela presencial o apuntarse a una escuela online desde el inicio para estudiar siempre acompañado. Si te das cuenta, ambos son caminos definidos pero le faltan los detalles específicos. ¿Cómo estudiaría por su cuenta?, ¿qué escuela online escogería?, ¿cuánto le costaría?, ¿cuántas horas dedicaría a estudiar en un sistema u otro?, ¿cómo va a compaginar sus estudios con sus obligaciones actuales?, etc. Al definir la meta lo que haces es un dibujo de tu objetivo. Ahora, al tener en cuenta los detalles, dibujas diversos mapas específicos para llegar a él teniendo en cuenta los factores logísticos necesarios para cada opción. Esto te permite entender mejor las ventajas y desventajas de cada mapa para dar con la opción más adecuada a tus circunstancia.

Comparte y valida.

A menos que tu meta sea el invento del siglo, es posible que lo que para ti es una meta ya sea la realidad de alguien más. Es con ellos con quienes puedes compartir y validar tus alternativas, ya que su experiencia te puede hacer ver aspectos que aún no has visto. Toca cuántas puertas sean necesarias para aprender de los que saben más que tú. Busca asesoría. No tengas miedo a que te digan que no porque siempre hay gente que querrá ayudarte con gusto. Aprovecha sus opiniones, cuéntales tus objetivos y las opciones que se te ocurren para materializarlos. Toma sus consejos como lo que son, un punto de vista más, pero uno a tener en cuenta. Sólo escúchales. La última palabra siempre está en tus manos. Lo peor que puede pasar es que te digan algo que no te guste escuchar. Por ejemplo, que la meta está mal planteada o que tu plan de acción preferido tiene puntos débiles importantes. Si esto sucediera, entiende por qué te lo dicen. No desacredites su opinión, no caigas en ese error. Piénsalo y si tras reflexionar consideras que tienen razón, su sinceridad, aunque te duela, es el mejor regalo que te pueden dar antes de que elijas una opción final y comiences a ejecutarla. Piensa que para eso tienes flexibilidad y conoces tu meta-objetivo: para llegar por un camino u otro.

PASO 5: ELEGIR Y PONERSE EN MARCHA

Una vez analizadas las opciones ha llegado la hora de ponerte en acción para que las cosas comiencen a suceder. También es el momento de utilizar tus mejores cartas y de controlar tus enemigos internos. Pero antes de eso queda una de las decisiones más difíciles, con la cual descartas todas tus opciones de camino menos una: la opción que pondrás en marcha. A veces no es nada fácil elegir. Te recomiendo que uses tu inteligencia y también tu intuición, porque la intuición es ese lenguaje misterioso que usa tu parte sabia para hablarte. Cuando hayas elegido tu plan de acción definitivo y estés a punto de comenzar puede que sientas más que nunca tus resistencias. A la vez, si has dado lo mejor de ti en los pasos previos, tendrás muchas ganas de comenzar. Llegar a la acción ya es un logro para quienes con facilidad se quedan soñando con la idea, inmovilizados en el análisis o por sus miedos. ¡Cuando hayas llegado hasta aquí, recibe mis felicitaciones! Ya estás poniendo en marcha tu plan de acción con todos sus detalles. A partir de este momento trabajarás con dos ayudas vitales: listas de acciones y calendario. En la lista escribes las acciones que tienes que hacer según tu plan de acción elegido y para no perderlas de vista. En cambio, en el calendario asignas un tiempo para hacer cada una de dichas acciones a su debido tiempo. De esta forma, tendrás escrito qué vas a hacer y cuándo vas a hacerlo para que no tengas excusas. Eso sí, ten en cuenta que la mayoría de veces subestimamos el tiempo que nos toma hacer las acciones y acostumbramos a programar más cosas de las que podemos hacer en una semana o mes. Además, está el peligro de los ladrones de tiempo: esas cosas no importantes que haces y que te roban tiempo de lo importante.

Practica lo aprendido.

Con la adrenalina al máximo comienzas tu camino. Es un momento muy emocionante y dulce. Sin embargo, la parte amarga y complicada comienza a surgir cuando se presentan las primeras dificultades y bloqueos, es decir, cuando las cosas no suceden tan fácil como esperabas. Es entonces cuando la diferencia entre lograr o fracasar radica en tener presentes los propulsores y los enemigos internos. Entre más largo sea el camino hacia tu meta, más lento e imperceptible puede ser el avance. Las cosas no se crean de la noche al día. No te impacientes, demuestra tu determinación y trabaja semana a semana, mes a mes. Continúa aunque todavía no veas resultados significativos. A lo largo del camino tendrás distracciones y frentes abiertos por doquier. Recuerda centrarte únicamente en hacer lo que está en tus manos, es decir, bajo tu área de influencia. Asegúrate también de salir empíricamente de las dudas que tengas en tu área de interrogante, probando soluciones y no haciendo suposiciones. Si lo necesitas, sé humilde y pide ayuda. Las resistencias, creencias limitantes y obstáculos internos podrían manifestarse en cualquier momento, pero tú debes estar atento/a para identificar cuando te quieran frenar para poder actuar a pesar de ellos. Situaciones inesperadas surgirán sin previo aviso, tenlo presente, pero solo con flexibilidad en tu actitud podrás sobrepasarlas. No seas rígido/a, ajústate a lo que vaya sucediendo. Cuando estés en plena acción tendrás momentos en que sientas que las cosas van bien y momentos donde sientas lo contrario. En esos momentos malos recuerda ser suave y positivo/a contigo mismo/a gracias a la autoestima. Piensa que siempre haces las cosas lo mejor que puedes y con tú mejor intención. Aprende de todo lo que te suceda y continúa en marcha. Si ves que tu motivación mengua, tu energía baja o incluso la gran duda te rodea (esa duda que te hace pensar si seguir o claudicar) vuelve a tu meta escrita, cierra los ojos, respira profundo, visualiza tu objetivo con todos sus detalles y conecta de nuevo con tu meta-objetivo.

PASO 6: EVALUAR RESULTADOS PARCIALES

Pasado un tiempo desde que te has puesto en marcha, debes detenerte y revisar tu mapa para ver que no te estés desviando. Es el momento de evaluar los resultados parciales. Por absurdo que parezc,a a veces uno no se da cuenta que se está desviando poco a poco del camino hasta que está perdido. De ahí que este paso sea indispensable. Es más, evaluar los resultados no es un paso que debas haces una sola vez, es algo a hacer constantemente. Tanto si sientes que avanzas como si no, detente cada determinado tiempo, coge distancia y analiza si sigues por buen camino según los indicadores que marcaste al definir tu meta en el paso uno. Si ves que te desvías o reconoces que no avanzas, pregúntate: ¿hay acciones programadas que no estás logrando cumplir?, ¿qué dificultades te están deteniendo?, en definitiva, ¿qué crees que está pasando? A grandes rasgos, cuando no ves buenos resultados puede ser por tres tipos de impedimentos diferentes: la falta de perseverancia, algún fallo en el camino escogido o el surgimiento de sucesos inesperados. 

Falta de perseverancia o determinación.

Ya sabes, ir al gimnasio las dos primeras semanas es muy fácil, pero luego se comienzan a reproducir las excusas que se alían en tu contra. Si este es tu caso, estás ante una barrera interna. Revitaliza tu compromiso. Nadie va a hacer el trabajo por ti. ¡Tu objetivo solo es posible si perseveras! Sé coherente y no des espacio para las excusas o resistencias. ¿Quieres estar en forma, montar tu propio negocio o aprender inglés por puro arte de magia? No, eso no existe. Lo mejor siempre es fortalecer tu perseverancia pero si esto no fuera posible, antes de renunciar a tu meta es mejor que la ajustes para que avances aunque sea más lentamente. Mejor ir siempre al gimnasio una vez a la semana, que proponerte ir tres veces pero no hacerlo nunca.¿Me explico?

Fallo en el camino elegido.

El segundo impedimento es algún fallo en el camino elegido o en los detalles establecidos, es decir, en los pasos y acciones establecidas para alcanzar tu objetivo. Recuerda el ejemplo del joven que quería estudiar inglés y obtener un certificado. Imagina que finalmente eligió estudiar por cuenta propia en vez de en una escuela online pero resulta que está teniendo dificultades para aprender a pesar de ser constante en su dedicación. Él podría estar todo el año preparándose para el examen y acabar no estando listo. No está fallando su perseverancia, sino el camino elegido. Pero, ¿cómo iba a saberlo antes de ponerse en marcha que estudiar por cuenta propia no le funcionaría? Pues lo cierto es que no tenía forma de saberlo. Solo cuando te pones en acción te das cuenta si algo funciona como planeabas o si tienes que introducir cambios. Gracias a la evaluación de resultados parciales te puedes dar cuenta que algo va mal. De esta forma, estás a tiempo de cambiar el camino o de mantener el mismo camino modificando los detalles de acción que decidiste en el cuarto paso.

Sucesos inesperados.

Son las situaciones imprevisibles que hacen que pierdas el sendero o te detengas a medio camino. Pueden ser sucesos externos que no tienen que ver directamente con tu meta o puede que sí. Piensa que cuando elegimos nuestro plan de acción nunca tenemos el 100% de la información, solo tenemos una parte, por lo que algo inesperado puede aparecer cuando menos te lo esperas. La buena noticia que tengo es que ante estos impedimentos, de una forma u otra, siempre hay algo que puedes hacer si rediriges la situación, te adaptas y enfocas bien tu poder. Para esto necesitas llevar a cabo el siguiente y último paso que te acompañará hasta que logres tu meta. 

PASO 7: HACER LOS AJUSTES NECESARIOS

Al evaluar tus resultados parciales la experiencia te demuestra si lo que planeaste al inicio está funcionando o no. Si la respuesta es negativa, es hora de hacer ajuste. ¿Te acuerdas de la necesidad de ser flexible como parte de tu actitud? Pues ahora es cuando la vas a usar en grandes dosis. Al estudiante de inglés de nada le servirá saber que el plan de acción que puso en marcha no le está funcionando a menos que realice cambios. Puedes haber hecho un calendario de acciones maravilloso pero si vas más lento de lo previsto por impedimentos inesperados, has de ajustar tu calendario a la realidad. Si las evidencias te dicen que vas por mal camino o que de esa forma no es posible, acepta las señales. No te apegues a ideas preconcebidas. Todos los objetivos requieren, tarde o temprano, ajustes o cambios. Es más, entre más ambicioso sea tu objetivo, mayor va a ser el número de ajustes, así que no dejes que te desanimen. Lo sé, lo sé bien, es un incordio hacer cambios cuando ya lo tenías todo planeado, pero lo que importa no es que el camino sea como tú creías, lo importante es que llegues a tu meta. Los ajustes pueden ser necesarios en cualquier paso del camino: tal vez tengas que modificar el objetivo mismo; puede que debas ajustar los detalles para seguir avanzando; a lo mejor será necesario cambiar las fechas; tal vez tengas que añadir nuevos pasos intermedios que no habías previsto; o a lo mejor necesites darte una pausa para recopilar más conocimientos antes de retomar la marcha. Todo es posible. 

¿Cómo hacer los ajustes?

Para ello debes volver atrás al paso de buscar opciones que te permitan superar el impedimento, después analizas las opciones y finalmente elijes una para continuar tu camino y retomar la marcha. Si te das cuenta, se trata de repetir los pasos tres, cuatro y cinco de la metodología, pero esta vez los repites desde una situación bien distinta. Antes los hiciste para comenzar desde cero, ahora los haces para superar el impedimento. Este ciclo lo vas a repetir cuántas veces sea necesario tras reconocerte atascado/a o desviado/a. Como un mantra, una y otra vez hasta llegar a tu objetivo, ajustando las velas de tu barco y haciendo lo que sea adecuado a cada momento y circunstancia. Me gustaría poder decirte que el camino es una línea recta ascendente, pero no es verdad. Para la mayoría de metas el camino parece un laberinto con puntos sin salida que te obligan a volver atrás para buscar nuevas alternativas. El recorrido está lleno de subidas duras y bajadas de vértigo, giros inesperados e infinidad de sorpresas. Pero aun así, si estás dispuesto/a a hacer los ajustes necesarios encontrarás una forma de continuar. Lo importantes es que no te precipites, de lo contrario el remedio podría ser peor que la enfermedad. 

El conocimiento indispensable ya está en tus manos. Ahora te toca interiorizarlo y ponerlo en práctica. No me creas a mí. ¡Ve y haz la prueba! Conforme lo pongas en práctica verás que fortaleces tu liderazgo personal y te vuelves más resolutivo/a, pro-activo/a y eficaz. Solo entonces aumentas tus posibilidades de éxito. Mantén los ojos bien abiertos. Sé consciente y date cuenta de lo que sucede dentro y fuera de ti para que puedas responder con el mayor acierto posible, ajustándote a la realidad que enfrentes. No tengas expectativas de un camino fácil o tendrás dificultades añadidas si las cosas se complican. No tengas expectativas de un camino difícil o te estarás predisponiendo a complicarte el progreso. Solo acepta lo que vaya sucediendo. Céntrate únicamente en atender y solucionar el presente. No dejes que las experiencias del pasado o los temores del futuro te frenen. La vida sucede de forma misteriosa y maravillosa en el aquí y el ahora. Y por último, por favor, disfruta del proceso. Quiérete en todo momento. La vida es un juego, juega con alegría, con ligereza, no con pesadez ni con el freno de mano puesto en tu interior. Te deseo de corazón que te conviertas en tu mejor versión para que estés en armonía y construyas la vida que anhelas. Si en algún momento te surgen dudas o sientes que necesitas una ayuda externa, no te detengas: contáctame y hablemos.

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