En la película "Matrix" (1999), hay una icónica escena en la que Neo, interpretado por Keanu Reeves, entra en una habitación en busca del oráculo. En ella se encuentra con un grupo de niños dotados de poderes psíquicos y observa que uno de ellos está demostrando su habilidad al doblar una cuchara con la fuerza de su mente, dejando a Neo completamente asombrado. Este último coge la cuchara para examinarla y el niño le aconseja que no intente doblarla, ya que eso sería imposible. En cambio, le da una profunda lección diciéndole: "en vez de eso, procura entender la verdad"
Neo, confundido, pregunta:
-- ¿Qué verdad?
A lo que responde el niño:
-- Que no hay cuchara.
Neo, aún perplejo, contesta:
-- ¿No hay cuchara?
A lo que el niño, finalmente, revela:
-- Si lo haces, verás que no es la cuchara la que se dobla, sino tú mismo con tu percepción.
Este guión de la película transmite un mensaje poderoso que deseo compartir con vosotros: para cambiar la realidad que experimentamos, es esencial cambiar nuestra mentalidad. Debemos tomar conciencia de que la dimensión material es, en última instancia, una proyección imaginaria que podemos modificar al transformar profundamente nuestra conciencia.
Este proceso es similar a estar inmerso en un sueño. Mientras estamos inconscientes en ese estado, no tenemos control sobre el contenido de nuestros sueños y nos vemos obligados a experimentar lo que nuestro subconsciente proyecta. Sin embargo, cuando conseguimos la lucidez dentro del sueño, experimentamos lo que se conoce como "viaje astral" o "desdoblamiento", donde somos libres y capaces de crear nuestra propia realidad.
Lo mismo se aplica a nuestra existencia en este sistema, a menudo llamado "Matrix". Si seguimos hipnotizados por el materialismo y desconectados de nuestra esencia espiritual, el sistema continuará influenciando nuestras mentes. Nos dictará qué ver, cómo pensar, cómo vestir, cómo comportarnos, qué se considera socialmente correcto o incorrecto, y lo hará a través de diversos métodos de control social como la televisión, los medios de comunicación, la religión, la educación, las redes sociales y otros aspectos que rigen nuestra sociedad.
Sin embargo, no existen barreras insuperables para un alma despierta que reside en una mente abierta y expansiva, sin límites preconcebidos. Las únicas barreras reales son las que el sistema introduce en nuestras mentes y solo se vuelven verdad si nuestra mente las acepta como tales. El secreto reside en reconectarnos con nuestro poder interior y liberarnos de esas creencias negativas y limitantes que se adhieren a nuestra identidad.
Recuerda que, para alguien que posee incluso una pequeña fe, equivalente al tamaño de un grano de mostaza, no existen desafíos imposibles. La única verdad fundamental es que no existe una realidad sólida en sí misma: somos nosotros quienes, con el poder de nuestra mente, moldeamos y doblamos la percepción de la realidad, de manera similar a cómo se doblaría una cuchara. En última instancia, siempre has sido, eres y serás tú mismo en esencia.
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