Cuando era pequeño, una vez caminaba con mi padre y, en un momento dado, me preguntó:
Andrés, además del canto de los pájaros, ¿escuchas algo más en esta calle?
Sí, --contesté--, el ruido de una carreta.
Muy bien –me dijo-- es una carreta y está vacía.
¿Vacía? --me sorprendí-- ¿Cómo lo sabes?
Mi padre, sin inmutarse, me contestó:
Muy fácil. Cuanto más vacío está el carro, mayor es el ruido que hace.
Desde entonces, cuando veo a una persona hablamos demasiado, interrumpiendo, siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y menospreciando a la gente, me parece oír la voz de mi padre diciendo: “cuanto más vacío está el carro, mayor es el ruido que hace”.
La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirles a los demás descubrirlas. Recuerda que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero. Nadie está más vacío que aquel que está lleno de “YO MISMO” por dentro.
(Anónimo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario