LEYENDA ÁRABE

 

Dos amigos viajaban por el desierto y discutieron, terminando uno de ellos dándole una bofetada al otro. El ofendido se agachó y escribió con sus dedos en la arena:

-- Hoy mi mejor amigo me ha dado una fuerte bofetada en la cara.

Continuaron el viaje y llegaron a un oasis, donde decidieron bañarse. Por desgracia, el que ha sido abofeteado tuvo un problema y empezó a ahogarse, lanzándose el otro para salvarlo. Después de conseguirlo, cogió un estilete y empezó a grabar unas palabras en una enorme piedra:

-- Hoy mi mejor amigo me ha salvado la vida.

Intrigado, su amigo le preguntó:

-- ¿Por qué cuando te hice daño escribiste en la arena y ahora escribes en una roca?

Sonriente, el otro contestó:

-- Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribir la ofensa en la arena, donde el viento del olvido y del perdón se encargará de borrarla y olvidarla. En cambio, cuando un gran amigo nos ayuda o nos ocurre algo grandioso, es preciso grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde ningún viento de ninguna parte del mundo podrá borrarlo.

Anónimo.

Este bonito cuento ofrece varias reflexiones valiosas sobre la amistad y las relaciones humanas:

1. Importancia del perdón. Destaca la importancia de perdonar a nuestros amigos cuando cometen errores o nos lastiman. En lugar de aferrarse a las ofensas, debemos permitir que el olvido y del perdón las borre, dando lugar a una relación más fuerte y saludable.

2. Valorar los gestos de amistad. Resalta la importancia de apreciar y recordar los actos bondadosos y solidarios de nuestros amigos. Cuando alguien nos ayuda de manera significativa, debemos guardar esos momentos en nuestra memoria como un tesoro, ya que son indicativos de una amistad genuina.

3. Comunicación en las relaciones. La historia muestra cómo una simple conversación puede aclarar malentendidos y fortalecer la amistad. En vez de mantener resentimientos o guardar silencio sobre los problemas, es importante hablar abierta y sinceramente con nuestros amigos para resolver conflictos.

4. La naturaleza efímera de los desacuerdos. La metáfora de escribir en la arena representa la temporalidad de los conflictos y las ofensas en comparación con la solidez de los momentos felices y los actos de amistad, que se graban en la piedra. Esto nos recuerda que los desacuerdos pasan, pero las relaciones sólidas perduran si las cuidamos adecuadamente.