viernes, 9 de agosto de 2024

LAS LIMITACIONES

 

Imagina por un momento que estás emocionado/a, lleno/a de ideas y con una chispa de entusiasmo en los ojos porque se te ha ocurrido un proyecto que podría cambiar tu vida. Tal vez sea una idea de negocio, una aventura creativa o simplemente algo que siempre has querido hacer. Te acercas a alguien (tal vez una amistad, un colega o un familiar) y con la sonrisa de un niño en Navidad, compartes tu gran plan. Y entonces ocurre lo inevitable: "Eso no se puede hacer", te dice la persona, sacudiendo la cabeza con la solemnidad de un juez de reality show que acaba de escuchar la peor audición de su vida.

Pero aquí está el truco: cuando alguien dice que algo "no se puede hacer", lo que realmente está diciendo es ¡"yo no puedo hacerlo"! o "¡no puedo imaginar cómo se podría hacer!". Y aquí viene la parte divertida: las limitaciones de los demás no son tus limitaciones. ¡Son suyas! Es como si alguien te prestara unos zapatos que te quedan dos tallas más pequeños y luego te dijera que correr una maratón es imposible porque ellos no pueden caminar ni un kilómetro con esos zapatos. La realidad es que esos zapatos no son los tuyos y, afortunadamente, tampoco lo son sus restricciones. La próxima vez que alguien te diga que no puedes hacer algo, piensa en ello como si estuvieran hablando de una dieta que a ellos no les funcionó. "No, no puedes comer pizza y perder peso", te dicen, pero en realidad lo que quieren decir es que --->ellos<--- no pudieron evitar comerse la pizza entera cuando estaban a dieta. Claro, la pizza es tentadora, pero eso no significa que todos vayan a caer en el mismo agujero de pepperoni y queso derretido.

Además, hay algo maravilloso en desafiar esas declaraciones limitantes. Es como recibir un desafío secreto, una misión imposible que solo tú puedes cumplir. Y lo mejor de todo es que, cuando lo haces, la cara de sorpresa de aquellos que dijeron "no se puede" es simplemente impagable. Es como si hubieras hecho un truco de magia frente a ellos y se hubieran quedado boquiabiertos, preguntándose cómo lo lograste. Recuerda que las personas que te dicen que algo no se puede hacer están, en cierto sentido, revelando más sobre ellas mismas que sobre la realidad de la situación. Tal vez tienen miedo de fracasar o tal vez alguna vez intentaron algo similar y no tuvieron éxito. Pero lo que les impidió hacerlo no es necesariamente lo que te detendrá a ti. Y aquí es donde la cosa se pone realmente interesante.

A lo largo de la historia, los grandes inventores, emprendedores y creadores se han encontrado con un montón de "no se puede hacer". A Thomas Edison le dijeron que la bombilla eléctrica era una idea ridícula; a los hermanos Wright les aseguraron que los humanos nunca volarían. Y ¿a cuántos aspirantes a músicos o escritores les dijeron que nunca llegarían a nada? Todos estos ejemplos son testimonio de que, si hubieran escuchado a aquellos que dudaban de ellos, el mundo sería un lugar mucho más oscuro y aburrido. Y no se trata solo de grandes logros históricos. En la vida diaria, las personas superan las expectativas todo el tiempo. La próxima vez que alguien te diga que no puedes aprender, por ejemplo, a tocar un instrumento, empezar un nuevo negocio o simplemente hacer algo diferente con tu vida, simplemente sonríe y entiende que estás ante un obstáculo... pero no uno real. Es más bien como un obstáculo imaginario, un espejismo creado por las inseguridades y limitaciones de los demás. Aquí es donde entra en juego el humor, porque en ocasiones es divertido jugar con las expectativas de los demás. Cuando alguien te diga que algo es imposible, podrías responder con una sonrisa y un "¿De verdad? ¿Por qué no?" Si quieres hacerles reír y pensar, podrías preguntarles: "¿Es imposible como volar sin alas o imposible como dejar de comer chocolate después de la primera mordida?".

La verdad es que la mayoría de las cosas que consideramos imposibles son simplemente difíciles, y la dificultad es algo que se puede superar con tiempo, esfuerzo y un poco de ingenio. Así que, la próxima vez que alguien te diga que algo no se puede hacer, recuerda que probablemente está hablando de sus propios zapatos, no de los tuyos. Ponte tus propios zapatos (los que te quedan bien) y sigue adelante, corriendo hacia esa meta que te has propuesto y sin dejar que las limitaciones de los demás te detengan.

Y si te sientes particularmente travieso/a, cuando logres lo que te dijeron que no podías hacer, no dudes en enviar una postal o un mensaje amistoso con una foto de tu logro. "¿Recuerdas cuando dijiste que no se podía hacer?... ¡sorpresa!" Lo más probable es que te rías junto con ellos (después de todo, todos hemos subestimado alguna vez lo que otros o nosotros mismos somos capaces de hacer). Al final del día, las limitaciones de los demás son su equipaje. Tú tienes tu propio camino que recorrer y solo tú decides cómo recorrerlo y hasta dónde llegarás. ¡Así que sigue adelante, porque lo que realmente se necesita es el coraje de intentarlo y la alegría de saber que estás haciendo algo que muchos ni siquiera se atrevieron a soñar!

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