Si decides seguir una dieta vegana, te llaman extremista.
Si prefieres pasar tiempo solo en lugar de ir a eventos sociales, te tachan de ermitaño.
Si te esfuerzas por aprender un nuevo idioma en vez de ver la televisión, dicen que estás perdiendo el tiempo.
Si practicas meditación para encontrar paz interior, te consideran un hippie.
Si decides emprender tu propio negocio en vez de conformarte con un trabajo estable, te acusan de irresponsable.
Si te niegas a participar en chismes en el trabajo, te etiquetan como antisocial.
Si prefieres ahorrar dinero en vez de gastarlo en cosas innecesarias, te llaman tacaño.
Es sorprendente cómo frecuentemente la sociedad desprecia las decisiones que conducen al autodesarrollo y la autosuperación, mientras celebra las conductas mediocres que mantienen a las personas en la complacencia y la conformidad. Vivir una vida auténtica y centrada en el crecimiento personal puede ser desafiante en un mundo que valora la mediocridad y la conformidad por encima de todo.
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