La fibra es un tipo de hidrato de carbono no digerible que desempeña una función clave en la digestión normal. Existen dos tipos: soluble e insoluble. A diferencia de otros hidratos de carbono complejos, la fibra no puede ser descompuesta por el sistema digestivo humano, así que la mayor parte atraviesa el intestino delgado sin ser digerida, facilitando así el tránsito intestinal. Teniendo en cuenta que es el factor alimenticio más importante para mantener la función gastrointestinal normal, las personas adultas deben procurar consumir 25 gramos de fibra al día. No obstante, hay estudios que demuestran que el 72% de los hombres y el 87% de las mujeres no alcanzan esta recomendación diaria. Si tu ingesta actual de fibra es baja, aumenta el consumo de la misma gradualmente y bebe mucha agua.
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