Cierto día un periodista le preguntó a Cora Coralina (1889-1985), escritora y poetisa brasileña lo que significa vivir bien y ella contestó:
“No tengo miedo de los años y no pienso en la vejez. Y yo te digo, no lo pienses. Nunca digas que estás envejeciendo, se me estoy haciendo vieja . Yo no lo digo. Por supuesto, cuando necesito ayuda, digo que la necesito. Yo siempre trato de leer y estar actualizada con lo que pasa, esto me ayuda a superar las dificultades de la vida. El mejor consejo es leer y practicar lo que lees. Lo bueno es producir siempre …
Asimismo, no digo que se me estoy volviendo olvidadiza por que así una olvida más. Nunca digo que estoy enferma, yo siempre digo: estoy fenomenal. Yo no digo nunca que estoy cansada. Ninguna palabra negativa. Cuanto más se afirma estar cansada y olvidada, se está más olvidada.
Tengo consciencia de ser auténtica y trato de superar todos los días mi propia personalidad, rompiendo en mí todo lo que es viejo y muerto, porque la lucha es la palabra vibrante que levanta a los débiles y determina a los fuertes.
Lo importante es sembrar, producir millones de sonrisas de solidaridad y amistad. Buscando sembrar las semillas de optimismo y planta de la paz y la justicia. Yo digo lo que pienso, con esperanza. Pienso en lo que hago con fe. Yo hago lo que hago con amor. Me esfuerzo por ser mejor cada día, porque la bondad también se aprende. Incluso cuando todo parece desmoronarse, cabe para mí decidir entre reír o llorar, irse o quedarse, ceder o luchar, porque he descubierto, en el camino de la vida incierta, que lo más importante es mi decisión.”
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