Lidiar con las rabietas repentinas de los niños puede ser un desafío abrumador para los padres. Afortunadamente, hay diversas estrategias que pueden emplearse para manejar este tipo de comportamiento en los pequeños.
Una madre descubrió una de las tácticas más efectivas para afrontar las rabietas de su hija preescolar. Esta técnica implica hacer una simple pregunta: "¿Es un gran problema, un problema mediano o un problema pequeño?" Esta frase fue aprendida de Sally Neuberger, una psicóloga a quien la madre consultó cuando su hija estaba teniendo dificultades en la guardería. La madre considera este consejo como uno de los más sencillos y efectivos que ha recibido.
El poder de esta pregunta radica en su capacidad para mostrar empatía hacia el niño y para hacer que este se sienta respetado. Reconocer y validar los sentimientos del niño es esencial para establecer una conexión significativa con él. Además, esta táctica busca fomentar la participación activa del niño en la resolución del problema. Al involucrar al niño en el proceso de solución, se promueve el desarrollo de su autosuficiencia y confianza en sí mismo.
La pregunta es especialmente efectiva en niños preescolares, ya que les ayuda a reflexionar y evaluar la situación. Aprenden que los problemas pequeños pueden resolverse fácilmente, los medianos requieren tiempo y esfuerzo, y los grandes, aunque puedan parecer insignificantes, merecen ser discutidos y comprendidos. Un ejemplo ilustrativo fue cuando una mañana, antes de ir al colegio, la hija de la madre quería usar sus pantalones favoritos, pero estaban sucios. Ante la queja de la niña, la madre le preguntó: "¿Es un problema grande, mediano o pequeño?" La pequeña tímidamente respondió: "Pequeño". Al entender que los problemas pequeños tienen soluciones sencillas, la madre le dio espacio a su hija para reflexionar sobre cómo resolver el problema. La niña propuso la solución de elegir otros pantalones y, al hacerlo, la madre elogió su iniciativa para resolver la situación por sí misma.
Educar a los niños es una tarea compleja y no existe una fórmula única para ello. Sin embargo, estrategias simples como esta pueden resultar útiles en situaciones específicas, brindando a los padres herramientas efectivas cuando se encuentran desesperados y necesitan orientación para lidiar con las rabietas de sus hijos.
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