viernes, 10 de febrero de 2023

LOS CAMBIOS EN EL CEREBRO DE UNA EMBARAZADA

 

Durante el embarazo, el cuerpo de una mujer experimenta una gran cantidad de cambios físicos y hormonales. Pero, ¿sabías que el cerebro también sufre cambios significativos? Entre otras cosas, pueden afectar a la memoria, la capacidad de atención y el estado de ánimo.

El cerebro es un órgano muy complejo que se encarga de controlar todas las funciones del cuerpo. Durante el embarazo, el cerebro de una mujer experimenta cambios importantes para adaptarse a las necesidades del feto en crecimiento y prepararse para el parto y la lactancia. Algunos de ellos son temporales y se revierten después del parto, mientras que otros pueden tener efectos a largo plazo. Uno de los más notables es el aumento del volumen cerebral. Varios estudios han demostrado que el cerebro de una mujer aumenta su volumen entre un 5% y un 10% durante el embarazo, causado principalmente por la expansión de las áreas relacionadas con la cognición social y emocional, como la amígdala y la corteza prefrontal.

La amígdala es una estructura cerebral que se encarga de procesar las emociones y las respuestas de lucha o huida. Durante el embarazo, se vuelve más activa y sensible a los estímulos emocionales, lo que puede hacer que la mujer embarazada sea más sensible y emocionalmente reactiva. Por otra parte, la corteza prefrontal es la parte del cerebro que se encarga de la toma de decisiones y la planificación. Durante el embarazo, esta área se expande para adaptarse a las demandas de cuidado infantil y la toma de decisiones relacionadas con el cuidado del bebé. Esto puede hacer que las mujeres embarazadas sean más organizadas y planificadas, lo que puede ser beneficioso para la transición a la maternidad.

Además del aumento del volumen cerebral, las mujeres embarazadas también experimentan cambios hormonales significativos que pueden afectar al cerebro. La progesterona, una hormona producida en grandes cantidades durante el embarazo, se ha relacionado con cambios en la actividad cerebral y la función cognitiva. Un estudio realizado en 2017 encontró que la progesterona afecta a la actividad cerebral en las áreas relacionadas con la memoria y la atención, lo que puede explicar la neblina mental que muchas mujeres embarazadas experimentan. Esta última se caracteriza por la dificultad para concentrarse y recordar cosas y suele ser más pronunciada durante el primer y tercer trimestre del embarazo. Otro cambio hormonal que afecta al cerebro es la hormona del estrés: el cortisol. Durante el embarazo su nivel aumenta para ayudar a preparar el cuerpo para el parto y la lactancia. Sin embargo, sus niveles elevados pueden tener efectos negativos en el cerebro y el cuerpo. El estrés crónico durante el embarazo se ha relacionado con una mayor susceptibilidad a la depresión posparto y problemas de comportamiento en los niños. Además, los niveles elevados de cortisol pueden afectar negativamente el desarrollo cerebral del feto y el impacto en la madre.

Pero los cambios cerebrales no solo ocurren en la madre durante el embarazo, sino también en el cerebro del feto en desarrollo. Durante el embarazo se desarrolla rápidamente, especialmente durante el segundo y tercer trimestre. El cerebro del feto comienza a formarse alrededor de las tres semanas de gestación y continúa desarrollándose hasta la infancia. Durante el segundo trimestre, las células cerebrales comienzan a especializarse en diferentes funciones y se producen conexiones neuronales que permiten la comunicación entre las diferentes partes del cerebro. A medida que este se desarrolla, las experiencias y estímulos del entorno también tienen un impacto en su desarrollo. La exposición prenatal a sustancias tóxicas como el alcohol y las drogas, pueden tener efectos negativos en este desarrollo. Por parte, la estimulación prenatal como escuchar música y hablar con el bebé puede tener efectos positivos en el desarrollo cerebral del feto.

Como vemos, los cambios cerebrales que ocurren durante el embarazo tienen un impacto en la madre y en el feto en desarrollo. En pocas palabras, pueden hacer que las mujeres embarazadas sean más sensibles y emocionales y pueden afectar su capacidad para concentrarse y recordar cosas.

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